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miércoles, 16 de agosto de 2017

Los apóstoles y la Piedad de la fachada de Arantzazu .

d.v.

Los apóstoles reciben protección

Dolores Sanz, cerrando grietas y fisuras de los apóstoles con lechadas de cal.


Dolores Sanz, cerrando grietas y fisuras de los apóstoles con lechadas de cal. / PETRA
Restauran las esculturas de la fachada de Arantzazu, que tenían fisuras. Los trabajos han sido realizados por la empresa Petra, y financiados por Diputación, la comunidad franciscana y Arantzazu Gaur Fundazioa

FELIX IBARGUTXISAN SEBASTIÁN.
Los apóstoles y la Piedad de la fachada del santuario de Arantzazu han recibido un tratamiento de restauración con el fin de eliminar las fisuras y la colonización biológica, que amenazaban con deteriorar este conjunto ideado por Jorge Oteiza. Los trabajos han sido llevados a cabo por la empresa de restauración Petra, y financiados por la Diputación Foral de Gipuzkoa, la comunidad franciscana del santuario y Arantzazu Gaur Fundazioa.
Los apóstoles y la Piedad fueron tallados en caliza negra de Markina, un material diferente al de la zona lisa de la fachada, que es de granito. Ya a finales del siglo XX se detectó que esas esculturas se estaban deteriorando, y en 2000 se hicieron unos anclajes y se dieron unos productos hidrofugantes. «Entonces se dieron a la piedra resinas artificiales, que era la moda, pero se ha visto que no funcionan», comenta Dolores Sanz, de la empresa Petra. «En el año 2009, la comunidad de los franciscanos, que está muy pendiente, dio la voz de alerta a la Diputación, avisando de que había grietas y fisuras, y estaba saliendo vegetación».


Desde entonces, el Servicio de Patrimonio histórico-artístico y Archivos de la Dirección General de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, con Gabriela Vives como responsable, ha venido estudiando la mejor manera de preservar las esculturas, pidiendo asesoramiento al Laboratorio General de la Diputación Foral de Álava, que ha realizado los estudios de consolidación con cales en la Catedral de Santa María en Vitoria-Gasteiz.
Una de los aspectos más destacados en los estudios y trabajos realizados en Aranzazu ha sido la labor de documentación previa, tanto del apostolado como de la Piedad, que se realizó en el 2009. Esa documentación previa acerca del estado de conservación y causas del deterioro ha sido la herramienta de trabajo que se ha manejado para verificar el estado de conservación actual, y servirá el futuro como método de control del estado de conservación y la evolución de la obra.
Por su parte, Gabriela Vives, de Diputación, indica que, «en una restauración, tan importante como los trabajos en sí, son la documentación y los estudios previos, para garantizar la buena ejecución de la obra y seguimiento de la misma».

Cerrar el paso a líquenes

En los trabajos de restauración de este año, la empresa Petra ha usado morteros de cal y arena para cubrir las fisuras y grietas. De esta manera, se quiere cerrar el paso a líquenes y algas que acaban convirtiéndose en musgos. También se ha dado un producto hidrofugante, que protege de la lluvia pero deja respirar a la piedra.
«Lo más importante es que a partir de ahora se van a hacer controles todos los años», dice Dolores Sanz
La escultura de la Piedad, expuesta a todas las inclemencias, es la más erosionada
La escultura de la Piedad, por estar en la parte superior del friso, expuesta a todas las inclemencias meteorológicas, es la más erosionada. Entre los catorce apóstoles, hay diferencias: unos están mejor conservados que otros. Depende del modo en que actuó el cantero que trabajó sobre cada bloque de caliza.
«Y lo más importante es que a partir de ahora se va a hacer lo correcto, que es realizar controles todos los años, para ver la evolución de la piedra», declara Dolores Sanz.

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